Cualquier andanza artística que presuma de cierta profundidad deriva de un origen reseñable, un punto de inflexión que ofrece un trampolín para moverse a otros lugares, un suceso catártico que marca el resto del trayecto. Este tipo de advenimientos calan profundo, son trascendentes y destacan por encima de otros paisajes en el camino.

Este proyecto, y lo que representa, se remonta a los orígenes y a la esencia misma que perfiló la personalidad de los integrantes de esta formación.

Una esencia de obligada revisión constante, foco de conocimiento inagotable, reto permanente y fuente de inspiración.

Es el homenaje a un lenguaje común, a un punto de partida, fuente inacabable e inabarcable de conocimiento, base de datos y material de referencia de obligada consulta.

Un lenguaje infinito del que ni queremos ni podemos renegar. Estudiarlo y practicarlo nos mantiene en forma y es una constante lección de humildad, además es un idioma con espíritu, un espíritu que clama por la libertad, por la investigación, la superación, el riesgo y la honestidad, con voz irreverente, indómita, creativa y sagaz. En definitiva, un abanico de valores que nos han marcado y que son estandartes de vida para nosotros. Estamos hablando de jazz. Sí, nosotros tocamos jazz, nunca dejaremos de hacerlo.

Standards, pronto en tu ciudad.